Fotos:
De PCarlos, de Raquel, de Vicente y de Isabel-Enrique
Visión particular: "Never más por ahí"
A las 2:00 de la mañana suenan dos pitidos bestiales como ellos solos del móvil en mi mesilla.
Era la hora en la que Rafa y Cía. se estaban recogiendo. ¡Vaya horas!. De pingoneo por esos mundos del Señor. Ahora, que
no pasa ná,
en pudiendo …
Pues a esa hora recibía el mensaje comunicando que no podrían quedar con nosotros tan temprano como habíamos quedado. Más que nada porque estaba suponiéndose que a esas horas ni con una grúa de las más grandes de Liebherr los podrían sacar de la cama.
A la hora acordada y en el primer punto de encuentro, como un reloj, allí estaban Pablo y Raquel, a la postre, los únicos que vendrían a ese “mencuentro”. Enseguida cogimos ruta hacia el segundo sitio de quedada, en la gasolinera de Getafe, cuando llegamos, nada más estaba mi hermano con “La Poderosa”, pero no nos había dado tiempo a hacer siquiera cinco fotos cuando se presentaron P Carlos, Vicente y el chiquitín de Alberto, tres instantes más tarde Rafa D.
Se completaron unos depósitos, se vaciaron otros y partimos como flechas, bueno un poco más calmados, que iríamos por carreteras muy transitadas y muy “flasheadas”. Cogimos la M30 para enlazar con la A1 rumbo norte. Ya se había acordado, que para la ida tomaríamos la ruta “menos buena” y la vuelta, como presumiblemente iríamos más pillados de tiempo, pues regresaríamos por la ruta buena.
Una paradilla al pié del embalse del Villar, fotos, fotos y fotos. Ya nos quedaba poco para entrar en el calor de la buena ruta, de esas que cuestan olvidar, de hecho, mi hermano, Edu y yo estuvimos el año pasado y este hemos repetido. En la parada intermedia, todos los comentarios eran altamente positivos, ¡qué bonito!, ¡qué paisaje!, ¡qué maravilla!, ¡cómo me gustaría vivir por aquí!.
Previamente a esos comentarios, entre los que no estaban los de mi motera Isa, ésta , sobre la moto me iba diciendo de todo menos “bonico”. ¡A ti se te ha ido la pinza! ¡Con la edad vas empeorando! ¡Esta ruta se hace nada más que en burra! …
En el descanso llamó Rafa, decía que les faltaba relativamente poco pero que ellos habían tomado la ruta buena para llegar antes.
Cuando llevábamos un rato en el sitio de esparcimiento aparece Rafa por la ruta chunga y Ana con cara de … algo diciendo ¡Santo Cielo si esta es la ruta buena, válgame, cómo será la mala!.
Lo que es la vida, unos disfrutando como cosacos y otros, exactamente en las mismas circunstancias, nada más que de sufrir y de sufrir, hay que ver los humanos que raritos que somos.
Rafa nos preguntó por Edu, pues lo había visto antes de llegar allí. Yo daba por sentado que no vendría. Pues vino y además, Patricia le acompañaba. ¡Qué bien!
La comida, pues como suele pasar en estos casos, escasísima, apenas pudimos saciar la miaja hambre que llevábamos. El caso es que al final parece que sí pudimos apañarnos. Antes y después de la comida, un poco de esparcimiento con Edu metiendo la pata en el río y luego las dos. Mi hermano por las ramas y con sus piedras. Pedro Carlos con sus fotos, otros comíamos, vamos cada uno lo que se le apetecía.
Como podría llover, al terminar de comer, comenzó, así que tuvimos que poner pies en polvorosa. Nos fuimos al pueblo a tomar un cafetillo a comentar acontecidos como el que protagonizó Alberto con su montaje para tomar un ron con su limón y todo en una gran copa de cristal. Cuando comenzaba a saborear los primeros tragos hubo que salir corriendo.
Decidimos partir y hacer una visita breve al pueblo cercano de La Hiruela. Quedamos muy satisfechos de lo visto y se dejó la puerta abierta a una visita posterior.
La ruta de vuelta que era la buena de verdad parece que hizo que Ana volviese a confiar en la existencia de las buenas carreteras.
El resumen para mí es que fue un día agradabilísimo con una compañía de rechupete. Espero se repita muchas más veces.
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